El nuevo proceso de enseñanza basado en las nuevas tecnologías conlleva diferentes consecuencias que merece la pena tener en consideración en cuanto al proceso educativo se refiere. Como AVIRAM (2005) señala, existen tres posibles reacciones de los centros educativos para adaptarse al uso de las TICs y al nuevo contexto cultural: 1) El escenario tecnocrático: solo se necesitan ajustes y cambios menores: aprender sobre las TICs para, posteriormente, aprender de las TICs. 2) Escenario reformista: existen nuevos métodos de enseñanza y aprendizaje constructivista que consideran el uso de las TICs como un instrumento cognitivo bastante funcional para la realización de actividades interdisciplinarias y colaborativas: aprender con las TICs. 3) Escenario holístico: la actividad del centro educativo debe cambiar conforme a las nuevas transformaciones que se están produciendo en el centro educativo y en su entorno.
La tecnología es solo una pequeña parte del éxito de una transformación educativa.
El éxito de los proyectos de aprendizaje electrónico requiere cambios en las políticas, nuevos recursos educativos y una constante preparación y apoyo de los educadores, elementos en los que se sustenta el beneficio educativo. Sin embargo, es fundamental llegar a la tecnología de forma adecuada para hacer posible la transformación deseada en la docencia y el aprendizaje. Aunque hoy en día el debate sobre el aprendizaje individual sugiere que la base es “un aparato para cada alumno”, la atención no debería ponerse en un solo dispositivo tecnológico, sino más bien en cómo usar múltiples tecnologías para alcanzar los objetivos más importantes en la mejora de las prácticas docentes, el acceso a recursos educativos y, finalmente, en qué y cómo aprenden los estudiantes.
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