Bruner, con raíces gestaltistas, afirma que el objetivo último de la enseñanza es conseguir que el alumno adquiera la comprensión general de la estructura de un área de conocimiento.
Principios fundamentales
Son los siguientes: la motivación, la estructura, la secuencia y el reforzamiento.
Primer Principio: La Motivación
Es la condición que predispone al alumno hacia el aprendizaje y su interés sólo se mantiene cuando existe una motivación intrínseca. Los motivos que impulsan al niño a aprender, en especial durante los años preescolares, son los siguientes:
a. El instinto innato de curiosidad. Funciona de forma automática desde el nacimiento.
b. Necesidad de desarrollar sus competencias. Los niños muestran interés por actividades en las que se sienten capaces o tienen éxito.
c. Reciprocidad. También es una motivación genéticamente determinada. Supone la necesidad de trabajar cooperativamente con sus semejantes.
Segundo Principio: La estructura
El objetivo último en la enseñanza de unos contenidos es que el alumno comprenda la estructura fundamental de los mismos: comprenderla de tal manera que podamos relacionar con ellas otras cosas significativamente.
Para Bruner la adquisición de la estructura debe ser el objetivo principal de enseñanza porque:
1) hace que el aprendizaje sea más accesible, ya que proporciona a los alumnos un cuadro general,
2) la presentación de las ideas de una manera simplificada y estructurada hace que la retención sea más fácil y duradera,
3) hace posible una trasferencia adecuada y efectiva, siendo posible el establecimiento de relaciones significativas con otros contenidos, y
4) es un requisito para poder aplicar los conocimientos a la resolución de problemas.
Tercer Principio: Organización y Secuencia de los contenidos
Los conocimientos deben ser organizados y presentados de manera que sean coherentes con el modo de representación que cada alumno tiene en un determinado momento.
El desarrollo cognitivo según Bruner atraviesa tres estadios: enactivo, icónico y simbólico. En el estadio enactivo el conocimiento se representa en acciones.
El estadio icónico o figurativo aparece cuando el niño es capaz de imaginarse los objetos sin necesidad de actuar sobre ellos: es capaz de reemplazar la acción por una imagen o un esquema espacial.
El estadio simbólico aparece cuando el niño es capaz de expresar sus experiencias en términos lingüísticos.
Para Bruner la mejor forma de presentar los contenidos a los alumnos consiste en una secuencia que comience por una representación enactiva, continúe por una representación icónica y termine en una representación simbólica. Estas tres formas de representación son paralelas.
Cuarto Principio: El Reforzamiento
Para Bruner el aprendizaje se favorece mediante el reforzamiento: para llegar a dominar un problema es necesaria la retroalimentación.
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